Eran las 12:00 de la noche, un Cucho abatido por la soledad y la desezperanza se encontraba revisando su correo, mientras los pensamientos se clavaban en su mente como cuchillos de faquir. El recuerdo que siempre ataca en las noches de soledad, cuando recuerdas aquellos buenos momentos y te preguntas ¿Qué paso? Que paso con aquello que creíste estaba grabado en tablas de piedra cuales los diez mandamientos. El tiempo te abruma y te enloquece, te sentís morir y el recuerdo de un viejo amor aparece, la vida te recuerda que con los años te haces más viejo, que el tiempo sigue y no hay estación en la que haga una pausa. Es entonces cuando buscas la causa del fracaso, aquello que te llena de dolor pero no puedes enfocar. Y en medio del sufrimiento y lágrimas que caían sobre mi teclado, unas letras amigas cargadas de sueño fueron mi aliento. Aun cuando existen a veces diferencias de criterio, no dudo en darte las gracias H3dicho, esas pocas palabras de aliento de alguien que comprende lo que estoy pasando siempre las recordare, con ese toque carepicha que solo le podes dar tu hasta a los consejos, sacaste un tiempo para hablar con un man que no conoces, salvo por algunos mails o comentarios en el blog. Muchas gracias man, este pequeño post es un agradecimiento a ese gesto que no tenias porque hacer, y esas cervezas frías en las playas de Manuel Antonio solo se ven pospuestas por tu anonimato. Muchas gracias.
H3dicho, Gracias.
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